El pasado viernes 29 de Julio asistimos a la última reunión de la Asociación de vecinos del Puntal, y como se había anunciado, acudió el alcalde de Padul Manuel Alarcón Pérez junto a algunos miembros de su equipo de gobierno.
Antes de su intervención, la junta directiva de la Asociación explicó a los asistentes algunas cuestiones sobre su gestión, las dificultades en la resolución de problemas, aspectos sobre la convivencia vecinal, además de comentar la sentencia dictada en el litigio entre el promotor de la urbanización y el Ayuntamiento de Padul.
Como durante esta exposición de la situación, y en la posterior intervención de algunos vecinos, se mencionó al actual equipo de gobierno del Ayuntamiento, se cedió la palabra al alcalde.
A pesar de que por parte de la Asociación y de los vecinos las menciones al actual equipo de gobierno no sólo no fueron duras, (en algunos casos incluso le restaban responsabilidad en el asunto por comprender que siendo problemas antiguos, el actual Ayuntamiento no tiene toda la culpa), el alcalde no dudó en sentirse ofendido por las alusiones. Y es que un hombre acostumbrado únicamente a la buena prensa de los periodistas a los que premia, no puede tolerar que lo mencionen sino es para alabar su gestión. Sólo eso explicaría que se mostrara en un tono tan autoritario y crispado a la hora de responder a los vecinos.
Habiendo una resolución judicial que dice que no se ha producido la recepción de la urbanización (en eso se resume toda la sentencia), los vecinos esperábamos que el Ayuntamiento moviera ficha por fin. Esta reunión era el gran momento para que el alcalde declarara ante los vecinos su intención de forzar al promotor a concluir las obras necesarias para la recepción. Era el momento para que declarara que en caso de no llevarlas a cabo, el propio Ayuntamiento se haría cargo de las obras para posteriormente, (por vía judicial), hacer que el promotor pague los gastos con lo que se obtenga en la subasta de sus bienes. Era el gran momento para que el alcalde Manuel Alarcón Pérez demostrara que está con nosotros los vecinos, y que tiene voluntad real de arreglar el problema del Puntal. Pero prefirió dejar pasar la ocasión poniendo montones de excusas, que según piensa él, lo exoneran de hacer nada por nosotros.
En tono de regañina, los asistentes tuvimos que soportar estoicamente las múltiples justificaciones baratas del primer edil, (también conocido como “50 mil euros baby”). Una retahíla de inconvenientes que según nuestro alcalde justifican que nunca se hayan arreglado las calles del Puntal, y que nunca se arreglen, (así lo dio a entender).
La primera gran excusa a la que siempre recurre, (y que también usó en esta ocasión), es que no hay dinero en las arcas del Ayuntamiento para pagar el arreglo del Puntal, que supondría un coste de 1 millón de euros según su estimación. Esto justifica, según él, que no se haya intervenido en el Puntal hasta ahora, y que no se piense intervenir en el futuro. Dice que no hay dinero ni para empezar las obras, ni siquiera aunque un juez obligue al promotor a pagarlas después. Ante esto, los vecinos le recuerdan que cada año el Ayuntamiento recibe el dinero del IBI del Puntal, que supone más de 200.000 euros al año en impuestos. Con sólo cinco años de IBI bastaría para obtener ese millón y arreglar el Puntal.
Hablemos de impuestos
La respuesta que da nuestro alcalde, es que ese dinero del IBI del Puntal es insignificante, que se pierde tan sólo en pagar una nómina de su extensa plantilla, que aunque no cobren 50.000 euros al año como él, también supone un palo importante para las arcas municipales.
Pero, cuando recibe una transferencia de impuestos del Estado en función de la población del municipio, el porcentaje de los 600 habitantes censados del Puntal ¿también lo destina a nóminas?
Cuando cobra licencias de obras, rodaje de los vehículos, tasas municipales…¿Qué hace con eso?¿Todo para nóminas?
Cuando cobra plusvalías a los puntaleños, (impuesto en concepto de las mejoras que el municipio ha realizado, y que tiene como consecuencia un incremento del valor del bien inmueble), ¿no se le cae la cara de vergüenza? ¿Tiene vergüenza? Cara sí.
Se argumenta que el IBI de los puntaleños también va a parar a servicios e infraestructuras en Padul, que al final acabamos usando también los vecinos del Puntal, por lo que indirectamente nos beneficiamos de las inversiones de nuestros impuestos, pero ese argumento no nos vale. Cuando vamos a Granada, también nos beneficiamos de las infraestructuras y servicios que nos ofrece la ciudad, pero eso no nos obliga a que le tengamos que pagar el IBI al Ayuntamiento de Granada.
Es lógico que el IBI que paga cada uno no se invierta en la puerta de su casa, es lógico porque se entiende que un año se arregla una calle, otro año se hace una mejora en alguna instalación…Lo que no es lógico es que al Puntal no le toque nunca.
El IBI debería repercutir en el mantenimiento de las infraestructuras, pero el Sr. Alarcón no piensa en mantenimiento, sólo en hacer nuevos proyectos que inaugurar. Y como decimos, con nuestro IBI de más de 200.000 euros afirma tener solamente para pagar una nómina de su abultada plantilla. Mantener nuestras infraestructuras con parte de nuestro dinero, no debería sonarle a disparate al alcalde y su equipo de gobierno.
Sobre aplicar la sentencia
Quedando claro que el dinero de los impuestos de los puntaleños es para todo menos para arreglar nuestras calles, la gente vuelve a la sentencia y le dice al alcalde que no es necesario dinero del Ayuntamiento y que con lo que se expropie al promotor sí se pueden hacer las obras que permitirían la recepción.
No se negó a dicho compromiso pero tampoco lo confirmó, después de unas intervenciones más tensas dijo que el ayuntamiento, tras la sentencia, había abierto dos vías:
Enviar requerimiento al promotor para que realice los arreglos.
Comenzar a elaborar un presupuesto para una posible ejecución por parte del Ayuntamiento.
¡Perfecto! Pensaríamos, pero no se hagan ilusiones, en ese momento comenzó a pintarnos el panorama muy negro:
Afirmó no ver una solución en que se expropie al promotor porque “no quieren recibir parcelas”, que según él no se pueden vender a buen precio en este momento, intentando engañar burdamente a los presentes ya que sabe perfectamente (por poco derecho que sepa) que en una ejecución por la vía ejecutiva se subastan los bienes hasta obtener la cantidad adeudada y el ayuntamiento recibiría todo el dinero líquido.
No lo dejó ahí, en su afán de demostrarnos que no se puede hacer NADA por el Puntal, llegó a decir que el promotor podría vender su patrimonio antes de poder obligarle a pagar. Todos sabemos que eso lo resuelve un juez con unas medidas cautelares, pero el Sr. Alarcón parecía el abogado del diablo. Imposible cualquier esperanza.
Los vecinos quisieron arrancarle unos plazos de actuación basándose en la sentencia judicial y en las vías que afirmó haber abierto el Ayuntamiento pero no mostró ni la más mínima intención de comprometerse.
Otras soluciones a la falta de dinero
Los vecinos, que no se rinden ante las negativas, le plantean entonces al alcalde una serie de soluciones que él mismo se encarga de descartar o de ignorar directamente.
Alguien propone la solución de que momentáneamente se use el IBI del Puntal para acumularse en una “bolsa” que sirva para realizar las obras. Si durante 40 años de existencia del Puntal nunca se ha invertido en la urbanización, sería el momento de dedicar varios años de esos impuestos en arreglar las calles. Pero el alcalde niega rotundamente esa posibilidad, una compañera de su gobierno hace aspavientos con la cara descompuesta, la propuesta no les parece bien.
Alguien más tiene una solución inteligente al problema. Si según el alcalde no hay dinero para adelantar las obras, y no quieren las parcelas del promotor, podrían conseguir el efectivo incautando al promotor el dinero líquido que obtiene cada mes con la recaudación de las aguas de la urbanización. Pero el alcalde desatiende esa sugerencia, no sabemos si le parece buena solución o simplemente no le interesa.
Continúa en la Parte 2.