Presentación

     El Puntal es una urbanización perteneciente al término municipal de Padul, a menos de 20 kilómetros de Granada. Una urbanización que tiene alrededor de 45 años de antigüedad y que desde los últimos 20 años ha sido abandonada a su suerte. Abandonada por el Ayuntamiento de Padul, (fuera cual fuera su signo político en estos últimos años), que no asume en absoluto su responsabilidad para con las personas que vivimos en estas calles y que contribuimos con nuestros impuestos, que por cierto, (son más elevados que en el resto del pueblo). 20 años en los que se viene observando una progresiva degradación de las calles que va a más. Los vecinos del Puntal, pagando nuestros impuestos en Padul, hemos tenido que reivindicar y luchar incluso por los servicios más básicos y elementales (como el derecho a un alumbrado público del que fuimos privados hace años de manera arbitraria, malintencionada y despótica). Pagar exagerados impuestos de contribución propios de una urbanización de lujo, de circulación de vehículos, para ver como pasan los años, las décadas, y las calles se llenan de baches, de grietas, de socavones cada vez más insalvables, sin que jamás el Ayuntamiento de Padul haya invertido un solo céntimo de lo recaudado en un mínimo mantenimiento.

     Ser consciente de esta situación causa impotencia en las personas que vivimos en la urbanización, pero causa indignación conocer los argumentos que se dan desde el Ayuntamiento para no invertir absolutamente nada en arreglar la situación de los vecinos del Puntal. Jugando con el desconocimiento generalizado en el municipio de Padul respecto a la situación del Puntal, se han lavado las manos de sus responsabilidades como gobernantes durante años, sin renunciar jamás al dinero de nuestros impuestos. Se les ha hecho pensar al resto de vecinos del pueblo de Padul, que los que vivimos en la urbanización no pagamos impuestos. Incluso se ha hecho circular que los vecinos del Puntal somos una suerte de independentistas que queremos segregarnos del término municipal de Padul. Motivos absurdos, cortinas de humo que generan debates surrealistas, y que acaban enfrentando a la gente de Padul con los vecinos del Puntal, que al fin y al cabo somos unos vecinos más del pueblo aunque no recibimos los servicios básicos que sí se reciben en el resto del municipio.

    
     Lo realmente infame es observar el comportamiento de las distintas corporaciones cuando cada cuatro años se acerca el día de las elecciones municipales. Entonces, los vecinos del Puntal asistimos con asombro al más desesperado intento de captar votos en el tiempo de descuento. Cada cuatro años, (pocos días antes de las elecciones), desde el Ayuntamiento se mandan a varios empleados para hacer unas limpiezas superficiales y apresuradas de hierbas y basuras, que se venden en el resto del pueblo como un gran logro electoral, cuando en realidad se trata de un servicio básico y elemental de higiene diaria en cualquier pueblo o ciudad. Eso no es arreglar nada, eso no es invertir nada, eso no arregla nuestras destrozadas calles que cada vez se parecen más al Cañón del Colorado. Esa actitud, no engaña a nadie que no quiera ser engañado.

     Pero hay que hacer autocrítica, esta situación de atropello diario a nuestros derechos como ciudadanos no puede darse sin nuestro consentimiento, sin nuestra pasividad y permisividad. Hace muchos años que los vecinos del Puntal debimos unirnos firmemente y no lo hemos hecho aún. De nada sirve simplemente quejarse si no estamos dispuestos a hacer algo, y de ese espíritu surge este blog. Un espacio público, que nace con el propósito de denunciar nuestro problema, de reivindicar lo que nos corresponde, por dignidad y por justicia, para luchar contra el desconocimiento y conseguir nuestro objetivo, que se nos trate como a personas. Aquí nace el Blog del Puntal un lugar donde los vecinos del Puntal podrán manifestar sus quejas, donde todo el mundo podrá informarse de la vergonzosa situación que padecemos, donde sonrojaremos a los responsables y haremos todo lo que sea posible para cambiar esta situación de abuso.

      Sean bienvenidos a éste, su espacio.